Polución interna

 


 En la red venenosa, en el estanque pútrido, patalea lo escaso, propiedad sobreviviente al manejo ineficiente de la humanidad suicida. Esa mínima expresión no encuentra mejor denominación que la sustancia cuantitativa. Se determina a su vez por el contraste inicial marcado por el medio que lo aprisiona, y lentamente mata.

 Allí el sustento es la trampa de hundirse pisando firme y la proximidad de un final imaginado con la lógica hiere más fuerte que la sucia intromisión acuosa facilmente verificable.

 Aniquilado a sorbos, en el propio sustento muere, y se funde en una eterna simbiosis capaz de inmiscuirse entre una totalidad compacta, homogénea. Porque el deseo de escapar no implosiona las barreras contaminantes y se conforma con la lejanía de un cierre.
 

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