Fusión del arte


 

 El claustro rodea a los visitantes que tiñen el tránsito de fugacidad. Encuadra la tarde las pinturas sutilmente ignoradas por la ignorancia de su hermosura. Son tres marcos equidistantes entre sí, congeladas en la delicadeza de un muro que supone ser marrón, pensado rigurosamente para un momento, una ocasión, donde llegue su apariencia a la mayor capacidad de excelencia.

 La galería ha nacido para lucir destellos de sol. Espera a su compañero durante la mañana fría y recibe un abrazo detrás del arte, en el backstage se sientan a repasar sus respectivos días. Reluce en las equinas la fiel iluminación.

 Calor y luz. Arte y diseño. El cuarteto que gesta el espectáculo disimulado que se disfruta en el silencio. Escucha quien habla en ese claustro. Que pase quien tenga que pasar. Imita la inmovilidad de lo que ves y atrapa la fusión disimulada del arte.

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