En mi cápsula fragmentaria

 


El círculo personal como reconocimiento del mundo real recoge una verdad inalterable: la fragmentación de la realidad.

 Lo que se proyectó como "muro personal" concluyó como "marco real" de los acontecimientos de la vida en sociedad.

 Se necesita alejarse de los hechos para ver la realidad de la realidad fragmentada. De los hechos personales a los hechos públicos y "veraces" transita la virtualidad, estratégicamente confusa, invisible para los micro-habitantes, inexistente para el rutinario ser enfrascado.

 Cuando se uniforman las voces de lo público la perspectiva racional nos hará conscientes de que, aquello "público" en verdad es privado. No nos permite autoengañarnos: hay otras voces, somos más que un grupo monocromático.

En donde hay posibilidad de omisión externa no existe realidad. Solo surge la ficción personal, exenta de lo ajeno.

 En el campo de lo real se levantan inmensidad de voces, diferenciadas por incontables matices y muchas posiciones contrapuestas. Y solo regirá una sola regla: la de alzar la propia voz.


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