La Subversión de la Razón
Surtidor autosuministrable que confabula con el tiempo
es el bagaje que se amontona por orden de llegada
reo de la disposición humana, bajo el mismo techo
entre reliquias semi transparentes, acompañan al caminante refrescando su mirada.
Si se mezcla entre sí, estamos involucrados
y si lo sentimos ausente, mucho más.
Quizás porque hay veredas sin pisar
o porque a nuestra pisada, el viento la volvió fugaz.
Los efectos carecen de sentido cuando nuestra existencia pisa la inexistencia de la razón,
y es tan malo como sostener la lumbrera fabricada por la misma oscuridad.
El turista guía, el guía «turistea»,
Es la lógica del caminante que cambió el bagaje por un carruaje de ciencia ficción.
Escrituras en un rincón, olvidadas y polvorientas
manualidades mecanizadas por quienes no suelen usar las manos.
Es entonces donde el pensamiento se pone de pie
destruyendo el silencio con una mirada, iluminando a los automatizados.
Es la subversión de la razón, la repregunta de los pensantes.
Es el soplo que da vida a los manuscritos por olvidar.
Defensores de que el pensamiento es atemporal,
que se oponen a un futuro con acéfalos habitantes.
Los enigmas del pasado son el saber del presente
y los pasos del hoy serán los caminos del mañana.
Pequeños versos nuestro compondrán aquellos puentes
para que los futuros caminantes no vean en las letras cizaña.
Autor: Jonathan Quispe Z.
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